

Eran siete. Quizá ocho. Bueno...¡ Que más da?!. Gritan. Se muestran enfervorecidos. Viscerales. Les va la vida en ello. Cada uno de ellos convencido de tener la razón. De estar en lo cierto. Algo serio hay en juego. No acierto a adivinar el qué, pero es algo muy serio.
Uno de ellos, de manera violenta, alzando cuerpo y voz, y haciendo muestra de unos papeles en su mano derecha, como muestra inequívoca de prueba, parece encararse con otro de ellos. Sube la temperatura. La tensión es máxima. Por fín. El mas visceral de ellos, ha logrado imponerse al resto. La gente le aclama. Aplausos. Ovaciones. Ya entiendo el porqué de todo. Ya entiendo el porqué de tan temperamental debate. La cuestión no era para menos. Todos. Tú, yo, las personas que más quieres, aquellas que te rodean, se jugaban mucho. Parece ser, que todos nos jugábamos mucho. Si. Jesulín se desvirgó con una enana de circo.